Internacional. Volkswagen está considerando cerrar fábricas en Alemania por primera vez en su historia, una medida que refleja la creciente presión de precios que enfrenta el principal fabricante de automóviles de Europa debido a la competencia de rivales asiáticos.
El anuncio, que tuvo lugar el lunes 2 de septiembre del presente año, marca el primer gran conflicto entre el CEO Oliver Blume y los sindicatos, en contraste con su predecesor Herbert Diess, conocido por sus enfrentamientos. Blume ahora se enfrenta a una dura resistencia por parte de los sindicatos que ejercen una gran influencia en VW.
El consejo de empresa de VW ha señalado que considera obsoletas una gran planta de vehículos y una fábrica de componentes en Alemania. El consejo ha prometido una “fuerte resistencia” a los planes de la junta directiva. El director financiero Arno Antlitz y el jefe de la marca Volkswagen, Thomas Schaefer, se reunirán con el personal el miércoles para discutir los planes.
Daniela Cavallo, jefa del consejo de empresa y miembro del poderoso sindicato IG Metall, ha indicado que espera que Blume se involucre personalmente en las negociaciones, advirtiendo que la reunión será “muy incómoda” para la dirección del grupo. IG Metall ha bloqueado intentos previos de cambios profundos, incluyendo la salida de Diess en 2022.
Analistas han señalado que las plantas de VW en Osnabrück y Dresde podrían ser objetivos para el cierre. Baja Sajonia, el segundo mayor accionista de Volkswagen, ha apoyado la revisión de estas instalaciones.
Volkswagen, que emplea a cerca de 680.000 personas, también ha decidido terminar su programa de seguridad laboral, en vigor desde 1994 y que previene recortes de empleos hasta 2029. Todas las medidas serán discutidas con el consejo de empresa. IG Metall afirma que el programa de seguridad laboral cubre las plantas de VW en Wolfsburg, Hannover, Braunschweig, Salzgitter, Kassel y Emden.
Schaefer ha declarado que la situación es “extremadamente tensa” y que no puede resolverse con simples medidas de recorte de costos. VW, que impulsa la mayor parte de las ventas unitarias del grupo, está emprendiendo una drástica iniciativa de reducción de costos con el objetivo de ahorrar 10 mil millones de euros (11 mil millones de dólares) para 2026, en un intento por optimizar gastos y sobrevivir a la transición hacia los vehículos eléctricos.
Blume ha señalado que la difícil situación económica, la competencia en Europa y la caída de la competitividad de la economía alemana requieren acciones más contundentes. En los últimos cinco años, las acciones de Volkswagen han perdido casi un tercio de su valor, convirtiéndose en la peor entre los principales fabricantes europeos. La empresa enfrenta desafíos en Europa, EE.UU. y especialmente en China, donde fabricantes locales como BYD están capturando parte de su cuota de mercado.
Esta decisión también representa un golpe para el Canciller alemán Olaf Scholz, cuyo gobierno de coalición ha sido criticado en recientes elecciones regionales, con el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania ganando en un estado y quedando segundo en Sajonia.
Carsten Brzeski, jefe global de macro en ING Research, advirtió que la medida de VW subraya las consecuencias de años de estancamiento económico y cambios estructurales sin crecimiento. “Si un gigante industrial como este tiene que cerrar fábricas, podría ser el llamado de atención que necesita la política económica de Alemania para reforzarse considerablemente”.
El Ministerio de Economía de Alemania ha señalado que la dirección de VW debe actuar de manera responsable en el actual entorno de mercado, pero se ha abstenido de comentar específicamente sobre los recortes planeados. IG Metall ha afirmado que la decisión “sacude los cimientos” de Volkswagen, el mayor empleador industrial de Alemania y el principal fabricante de automóviles de Europa por ingresos.
Cavallo ha criticado a la dirección de Volkswagen por tomar “muchas decisiones incorrectas” en los últimos años, incluyendo la falta de inversión en híbridos y en el desarrollo de vehículos eléctricos asequibles. En lugar de cerrar plantas, la junta debería centrarse en reducir la complejidad y aprovechar las sinergias dentro del grupo, ha añadido Cavallo.
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